Una marea de pájaros
se levanta hacia el altísimo
Azul por la gracia
del espejismo
en la copa del árbol
con flores que parecen
doncellitas de frambuesa
La música se despliega
ante un cielo de infamias
El estrépito de los motores del misterio
se filtra por las ventanas del cielo
y henos aquí entrelazados a la montaña
junto al río
Un niño de sangre de mar
yace sobre la roca coagulada en el musgo
Un relámpago pide a gritos un caballo
Un surtidor de agua pregona los desiertos
Esta no es la canción del exterminio de la rosa
Un fuego de siete damiselas
nos trae los códigos del olvido
Un saxo de barro exhala visiones
mientras las momias anuncian los tiempos letales
los tiempos caídos en el foso de los niños sin ojos.
Guíanos
Señora de las Auroras
por las praderas del gozo
Canta junto a nosotros tus salmos desquiciados
como la algarabía de lo que no habla
Vengan
acordes secretos
en la conjunción de relámpagos
Vengan
espinas de la luz
penetren el misterio